Es bien difícil hacer ejercicio, no es para todos, o al menos eso era lo que yo pensaba. Mi experiencia era esta: lo intentaba una y otra vez por 4 o 5 días seguidos, pero simplemente no era disciplinada, me faltaba voluntad, pues. Entonces no lograba ser constante y perdía el ánimo porque deseaba con todas mis fuerzas que desde el primer día ya tuviera la mejor condición física, es decir, que aguantara cinco kilómetros corriendo o hacer una rutina fuertísima sin que me costara trabajo… y ahí es cuando me dicen: ¡Señora, eso es imposible! Y claro que es imposible porque hacerte de una rutina y que tu cuerpo la entienda no es cosa de magia, toma tiempo. Entonces algo se me cruzó en el camino, un tipo de actividad que me gustaba hacer de niña, que me divertía mucho y que no necesita de pesas ni correr alrededor de un parque y mucho menos tener demasiada condición, así es… ¡hablo de saltar la cuerda! Me compré una cuerda en el súper y, honestamente, en mi primera ronda de saltos me agité mucho, me dolía el pecho y tuve que parar, sin embargo, sucedió algo extraño: lo hice perfecto. Salté como cuando niña y recordé lo divertido que era, no me costó nada de trabajo.
Entonces lo que hice fue ponerme una meta de 100 saltos y con eso terminé mi día. Al siguiente día pensé en hace 120 saltos, no mucho más porque no quería perder el ánimo. Y es así como logré alcanzar la sorprendente cantidad de 975 saltos en dos semanas. Toda esta anécdota es para invitarte a saltar la cuerda, porque si te cuesta hacer ejercicio tal vez esta opción te funcione como a mí. Además, aquí te van algunos datos padrísimos de los beneficios que tiene para la salud:
1. Es un magnífico ejercicio cardiovascular: el movimiento que se genera ayuda a la pérdida de peso, mejorar el equilibrio y hasta los trastornos metabólicos.
2. Tonifica los músculos: con esta actividad refuerzas la parte superior de los bíceps y el trapecio y con la fuerza de los saltos las abdominales se contraen. Ahora ya no digamos las piernas, los cuádriceps, pantorrillas, glúteos y femorales ganan tono muscular y pierdes grasa.
3. Mayor capacidad pulmonar: al recibir mayor cantidad de aire se reducen las posibilidades de sufrir problemas respiratorios y se elimina la sensación de ahogo al hacer otras actividades.
4. Quema de calorías: saltar la cuerda por 30 minutos equivale a quemar 400 calorías.
5. Mejora la densidad ósea: fortalece los huesos, sobre todo si empezamos a temprana edad.6. Reduce el estrés y mejora la actividad cerebral: pone en práctica tu coordinación y al mismo tiempo liberas endorfinas lo que te aligera las tensiones el resto del día o la noche.
Es en serio, el primer paso para generar un hábito saludable lo podrías encontrar al saltar la cuerda. Dale la oportunidad y luego me dices cómo te fue. Les juro que no se arrepentirán. Además, lo puedes hacer desde casa y con solo 15 o 20 minutos diarios irás viendo los resultados. Se los prometo.