Nadie puede negar esa creencia de que los padres crían y los abuelos malcrían. En mi caso fueron los culpables de mis caries infantiles al comprarme dulces prohibidísimos, de ver películas a escondidas y hasta saltarme la tarea de vez en cuando. Pues creo que este 28 de agosto que celebramos en México el Día del Abueloo nos toca malcriarlos en su día. Vivamos con ellos algo que nunca esperarían: llevarlos a bailar unas buenas salsas y danzones, a la lucha libre, a la feria e incluso al autódromo a manejar en una pista controlada. En fin, vamos a regresarles un pedacito de toda la felicidad que ellos nos ha dado todos estos años.
Besitos
Señora Blablablá